En Villamanta podemos visitar la iglesia parroquial de Santa Catalina construida en el siglo XVI. Presenta una hermosa torre a los pies y ábside ochavo reforzado con contrafuertes, es una obra de mampostería con hiladas de ladrillo. La portada es sencilla, con un arco de medio punto y encuadrada por un dintel sin ninguna decoración en piedra blanca. Su interior consta de tres naves cubiertas de armaduras simples y separadas por arcos de medio punto de labor de sillería sobre pilares con medias columnas adosadas. Tiene unos altos capiteles lisos casi cilíndricos, trabajados en bella piedra blanca y en sólo dos piezas que contrastan su claridad con el tono oscuro de las dovelas de los arcos. El toral, ligeramente apuntado y muy ancho, da paso a la capilla mayor ochavada.
El antiguo retablo desapareció y sólo se conserva de él una tabla de la Sacra Conversación, situada junto a la talla de San Blas del siglo XVIII, y otra de Cristo crucificado de la que se ignora su antigüedad; una tabla de la Visitación, una talla del Nazareno atribuida a Gregorio Hernández y una imagen de la Dolorosa de los siglos XVIII – XIX.
Villamanta posee también la ermita de Nuestra Señora Virgen del Socorro, en ella se encuentra la talla de la Virgen del mismo nombre, en madera policromada, cuya antigüedad es desconocida. Está situada a la salida del municipio en la carretera que va hacia Aldea del Fresno.
En un paseo por Villamanta podemos contemplar el Ayuntamiento, el antiguo hospital de Pobres y Viandantes, construido en el siglo XVI y situado en la plaza del Cerrillo y la casa del cura de Casarrubios que está junto a la iglesia. En su pared izquierda, que forma parte del muro que bordea la iglesia, encontramos una piedra berroqueña con una inscripción romana, que dice, en latín, lo siguiente: “A Lucio Esimaco de la tribu quirina de 90 años, que la tierra te sea leve, de su mujer, ella Pompeya de 30 años”. Este caserón del siglo XVI, que cuenta con galerías subterráneas está situado en la calle Real. También a lo largo del municipio encontramos otros caserones como el anterior con fachadas blasonadas y jambas y dinteles tallados de granito.
Y fuera del casco urbano podemos ver la antigua estación de Villamanta, muy bien conservada, ya que se encuentra habitada. El enclave ferroviario conserva también una espaciosa nave de ladrillo. En la explanada, se ha colocado una rueda de molino de almazara, que podemos contemplar.